Qué tener en cuenta a la hora de elegir el mejor juego de cama para decorar mi habitación

La cama es al dormitorio lo mismo que el sofá al salón, es decir, la pieza central de la estancia en que se encuentra. Es por ello que los juegos de cama influyen enormemente en la estética de una habitación, tanto para potenciarla como para desequilibrarla.

Dentro de los elementos que componen una cama, además de los juegos de sábanas, están los almohadones, almohadas, cojines decorativos, colchas para cama, mantas cubrecamas o edredones, fundas nórdicas y el cubre canapé.
Todos estos elementos deben conformar una composición armoniosa, conjugando el recambio necesario por razones de higiene, con la renovación por cambio de temporada o estación. Así, por ejemplo, deberíamos elegir un tono base y de color preferiblemente neutro para los elementos de temporada (colchas, mantas, edredones), y colores coordinados para los elementos que exigen un recambio más a menudo (sábanas, fundas).

Las dimensiones son importantes

Por mucho que tengamos un juego de cama bellísimo, si sus dimensiones no se corresponden con la cama, su altura o el grosor del colchón, no lucirá bien, y, además, nos resultará incómodo (por exceso o por defecto) y muy poco práctico.
Pongamos por caso que tenemos una cama de 1,50 m de ancho. Entonces las sábanas deberán ser exactamente de ese tamaño, sin embargo, si usamos un relleno nórdico, su funda debe ser una talla más grande, para que quepa sin doblarse y sus lados puedan caer bien al costado de la cama. Pero si cubrimos la cama con un edredón de verano, el tamaño de su funda debe ser de la misma medida.

La gama de colores

Dependiendo de quien sea la habitación, podemos optar por colores vivos, en caso de niños y jóvenes, o por colores más reposados.
De todos modos, las dimensiones de la habitación son importantes. Si ésta es pequeña, será mejor recurrir a colores claros, para tener sensación de amplitud, de tal forma que la cama no sature visualmente todo el espacio.
Los colores influyen de forma subliminal en los estados de ánimo. Nuestro temperamento, por tanto, es algo para tener en cuenta a la hora de elegir los tonos del dormitorio.
Los colores o estampados vivos, así como los contrastes entre colores claros y oscuros, dan dinamismo al espacio haciendo que la estancia sea un lugar excitante. En el otro lado, con el uso de colores claros o pastel, generamos un efecto de relajación y descanso visual.

La estación marca la ocasión

La consigna de una cama es que debe procurarnos un descanso placentero. Para ello, debemos tener en cuenta, a parte de nuestros gustos personales, las sensaciones de frío o calor que nos transmiten los tejidos de los juegos de cama.
El algodón es un tejido muy noble, adecuado para cualquier estación. Pero hay que considerar que retiene la humedad por más tiempo que otros tejidos. Los niños pequeños, por ejemplo, sudan bastante, pues regulan la temperatura corporal de forma un poco caótica, y una sábana húmeda puede transmitir sensación de frío provocando el despertar.
Para solucionar esta situación, podemos acudir a los juegos de sábanas con algo de fibra, que, por cierto, se arrugan menos y no necesitan largas horas de planchado.
Las sábanas de raso, hechas de hilo de seda, son frescos y elegantes, adecuadas para el verano. Aunque por su costo podemos, sin embargo, recurrir a las de satén que son muy similares, hechas de algodón y algo más económicas, y de fácil lavado a máquina.
Para temperaturas bajas, las sábanas de franela aportan calor y sensación de cobijo por su suavidad. Pero hay que tener en cuenta que abrigan mucho y combinarlas con rellenos nórdicos, especialmente los que son de relleno de plumas, puede resultar excesivo.

Nuestra cama y nuestro planeta

Las sustancias químicas son una realidad que no podemos obviar fácilmente en los tejidos.
Aún así, es posible encontrar en el mercado tejidos de fibras naturales, como el algodón ecológico, sin tratamientos químicos. Estos tejidos, además de evitar la contaminación del planeta, favorecen la transpiración, reducen el riesgo de alergias y no crean cargas eléctricas.
Sin embargo, no todo es negativo en el uso de químicos. Y nos referimos aquí a la ropa de cama con tratamientos anti ácaros, para evitar alergias.

Calidad antes que cantidad

En los elementos de la cama de mayor recambio deberíamos buscar la calidad antes que la cantidad, pero sobre todo debemos hacerlo cuando adquirimos complementos de estación, como colchas, mantas, cubrecamas, edredones.
La calidad va de la mano con la durabilidad, con innovación en nuevos tejidos que se adecuan a todo tipo de requerimientos por parte del cliente, pero también con el confort, requisito ineludible para un buen descanso. Consideremos la adquisición de una colcha, edredón o manta de buena calidad como una inversión, de cuyos frutos nos beneficiaremos a lo largo de varias estaciones.

Decoración con telas en las paredes

Cuando pensamos en decorar las paredes interiores de una estancia, pocas veces nos viene a la mente recurrir a los tejidos. Y, sin embargo, la industria textil ha evolucionado tanto que hoy en día las telas para decorar son un recurso más para tener en cuenta.

El uso de telas en formato de paneles es un elemento de decoración muy versátil. Se pueden colocar los paneles en las paredes, y así tendríamos una semejanza con un entelado parcial. En este caso, los paneles se suelen instalar de suelo a techo con el ancho deseado, fijándolo a la pared por el método más adecuado según la pared soporte.
Otra forma de decorar las paredes con tela es el uso de colgantes, cuyo soporte se reduce habitualmente en una barra vertical. Hablamos aquí de banderolas o estandartes de gran tamaño que pueden colocarse sobre una pared, cubriéndola.
Y no olvidemos los cuadros textiles que dan un toque muy moderno. Es posible decorar paredes con cuadros hechos a base de textiles, los cuales van sobre un bastidor, pudiendo jugar con formas y tamaños que coordinen entre sí y con la decoración del ambiente.

¿Y qué ventajas me ofrecen las paredes decoradas con tela?

Indudablemente, su mayor ventaja es la económica, pues los tejidos decorativos para pared tienen una excelente relación calidad/precio. Pero también podemos hablar de economía de tiempo y recursos materiales, ya que nos ahorramos el trajín de aparatosas y polvorientas obras a lo largo de días.

Las paredes decoradas con tejidos aportan calidez al ambiente. Cuando la luz llega a ellas, las fibras tejidas la proyectan en distintas direcciones, difuminando la luminosidad excesiva e inclusive atenuando la oscuridad en las zonas de sombra.

El aislamiento acústico es otra ventaja de nos ofrecen las paredes enteladas. Así como el tejido difumina la luz, también es capaz de absorber o atenuar las ondas de sonido que se quedan atrapadas reverberando en el entramado de hilos.

Las telas para paredes son también muy versátiles, puesto que hay una gran variedad en el mercado, que vienen con características específicas para colocarlas en según qué estancias.
Por último, resultan un recurso muy apropiado para la ocultación de defectos de una pared, ya sea porque no ha sido terminada apropiadamente, o porque ha estado maltratada por el tiempo y sus elementos.

¿Cuáles son los sistemas para decorar paredes con tela?

La forma más tradicional que se ha estado utilizando es la de grapar la tela a bastidores o tableros, que a su vez van fijados a la pared soporte por algún anclaje (el más adecuado, según el estado de la pared).

Para un efecto mullido, se coloca una fina lámina de espuma o material similar, entre la tela y el bastidor o tablero.

Una variante de este sistema es el de encolar la tela al tablero o bastidor. Se utiliza cuando el tejido es muy delicado para soportar las grapas sin rasgarse o desalinear el diseño. Pero también se utiliza cuando la tela es demasiado resistente.

Otro sistema, bastante utilizado en la actualidad, es el de pegar el tejido directamente sobre la pared. Algunas telas, según las directrices del fabricante, permiten colocar el pegamento sobre su superficie, y en otras, el pegamento debe ser colocado sobre la pared.

Cuando el tejido elegido no es impermeable (por su misma naturaleza o por carecer de un tratamiento antihumedad de fábrica), puede aplicarse una lámina de polietileno sobre el tablero o bastidor.

¿Cuáles son los tejidos que se pueden utilizar para entelar una pared?

Aunque es posible entelar paredes con muchos tipos de tela, existen en el mercado telas específicas para la tapicería mural. Son telas con mucho cuerpo y con la posibilidad de llevar incorporada la lámina de espuma o de impermeabilizante. También pueden llevar un tratamiento anti manchas.

En el mercado de la decoración, se comercializan en rollos con una anchura que encaja con la altura de una habitación (2,80 a 3m).

Por ser resistente, lavable y tener tonos alegres, el lino ha tenido gran difusión como material de revestimiento. Inclusive, hay en circulación tejidos hechos con fibras que imitan las particularidades propias del lino.

Por sus propiedades de alta absorción acústica y aislamiento térmico, el fieltro suele ser utilizado para revestir paredes. Además, transmite mucha calidez y crea ambientes acogedores.

La fácil limpieza de las lonas, y sus colores sólidos, hacen de este tejido un material propicio para el entelado de paredes.

Hoy en día, se comercializan arpilleras y otras clases de tela de yute que se pegan sobre papel y pueden ser colocadas por tiras en una pared, como cualquier papel tapiz tradicional. Por su parte, hay también papeles recubiertos con yute, algodón, lino y otras fibras en que los hilos están ya encolados sobre un papel, listos para ser colocados en la pared.

Cojines Decorativos

Cómo sacar partido a tu sofá a través de los cojines

En el salón de nuestra casa, el sofá es el centro visual de la estancia. Es en este mueble donde los cambios pueden tener un mayor peso decorativo, pues el sofá transmite el estilo y evoca la personalidad de quienes habitan la casa.
Hay que admitir que un cambio de sofá no siempre es oportuno, por tiempo, presupuesto, logística, etc. Pero es que además muchas veces ni siquiera es necesario, si lo que buscamos es renovar el ambiente del salón. Para ello vienen en nuestra ayuda los cojines que además le aportan comodidad al sofá y lo visten.
Los cojines decorativos requieren una inversión modesta comparada con las posibilidades de transformación de una estancia que ofrecen. Y todo ello, sin mencionar que estamos colaborando con el medio ambiente al conservar nuestro sofá.
Los cojines para muebles permiten dar al ambiente de nuestra sala un toque étnico, estival o clásico. Hay quienes nos gusta renovar el ambiente con la llegada de una nueva temporada cambiando los cojines para potenciar la luz solar que entra en la estancia.

¿Qué debemos considerar?

Para sacar el mayor partido al sofá a través de los cojines, debemos considerar varios aspectos que nos permitirán acertar con la elección que hagamos.

El color del sofá

Un sofá en color neutro admite muchas posibilidades, pues permite jugar con cojines modernos en colores y texturas que contrasten y coordinen. En este caso se pueden mezclar sin miedo, pero buscando siempre el equilibrio en la forma y el color.
Aun así, y para no saturar la vista, aconsejamos agregar al menos un cojín liso que destaque sobre los demás estampados.
Así como podemos jugar con los colores, también hay que hacerlo con las texturas. Cojines peludos, de encaje, de lana, bordados…todos ellos darán personalidad al sofá y crearán un efecto capas que evitará que el sillón se vea plano, aburrido y sin vida.
Si tenemos un sofá estampado, lo ideal es jugar con colores lisos a fin de que la vista sea armónica y equilibrada.
Igualmente, aunque optemos por colores lisos, podemos jugar con texturas. Así por ejemplo, el terciopelo aporta un toque de elegancia y algodón ofrece un aire rústico.
Teniendo un sofá estampado con cojines lisos podemos agregar una alfombra en color neutro para centrar el acento en los cojines y para que el ambiente sea más acogedor.

La disposición de los cojines

Potenciar la simetría es lo estéticamente aconsejable pues es un recurso muy efectivo para acertar con nuestra elección.
Existe una regla no escrita sobre los números impares que se aplica a casi todo en el mundo de la decoración. Colocar complementos decorativos de tres en tres o de cinco en cinco ofrece un aspecto más relajado y natural.
Pero, para lograr un aspecto sobrio, colocaremos un cojín grande en cada extremo del sofá. Ahora si lo que buscamos es dar sensación visual de movimiento, colocaremos cojines de tres modelos distintos y formaremos dos grupos de combinaciones diferentes. Esto funciona muy bien en sofás muy grandes y en medianos sin cheslong.
Para el caso de que tengamos un sofá con cheslong, lograr el equilibrio se basa en colocar todos los cojines a un lado, para compensar el contrario. O bien, trabajar con tríos, un cojín grande, uno mediano y el pequeño rectangular. Para ello los cojines se suelen elegir en tres modelos… uno liso y dos estampados diferentes y se colocan por todo el sofá en un juego de tres.

El tamaño de los cojines

Las medidas de cojines más habituales son de 45 x 45 cm, de 40 x 40 cm y 30 x 50cm. Los cojines para cama generalmente están por encima de los 60 x 60 cm y no se usan para dormir, sino para sostenerse sentado y como elemento decorativo.
Si utilizamos tres cojines de tamaños distintos, los más grandes deben colocarse a los extremos, y los más pequeños en el centro del sofá de manera que se forme una “V”.

Color y forma de los cojines

Otra de las reglas que suele aplicarse siempre en decoración es que los tejidos naturales, colores claros o vibrantes y telas fresquitas son las consignas para hacer de los cojines el complemento perfecto para una decoración veraniega. Por su parte, los tejidos más gruesos en tonos subidos en intensidad, aportarán confort y calidez en los meses más fríos.
Entre los cojines para sofá, también es posible utilizar otras formas además de los rectangulares o cuadrados. Los hay en forma redonda, de nube, animales, flor, geométricos, etc., que ofrecen una composición más personal y variada especialmente si se trata de un ambiente juvenil.
También aporta un aire desenfadado un cojín con frase, o formar una palabra con letras en los cojines. Aunque pueda parecer que este formato sólo es válido para la habitación, si quieres que el salón hable de las personas que lo habitan, esta es tu opción.
Con unos cojines bien elegidos y dispuestos con gracia, el poder de atracción de un sofá se potencia, además de ganar en estilo y confort. Siguiendo estos consejos triunfarás.

Elección de tejidos y tipos de tela para tapizar muebles

Aunque nuestro hogar u oficina tenga un estilo decorativo definido, es beneficioso renovar estos espacios, ya sea porque el estilo ha quedado desfasado en el tiempo, o porque el uso intensivo de sus elementos reclama un cambio.

En cualquier caso, no es necesario deshacerse de todo, ni mucho menos, para darle un nuevo aire a una estancia. Y no solo por cuestiones de presupuesto, sino también por conciencia ecológica.

Ya sea que hayamos heredados muebles familiares o tengamos muebles clásicos en casa, solo con el cambio del tapizado podemos dar un aire completamente distinto a los muebles y al ambiente.

Si la madera está en buen estado o necesita un mínimo mantenimiento, se puede conservar las señas de identidad del mueble con un tapizado renovado, ya sea en la misma línea del estilo del mueble o no, y quedará como nuevo.

En estas circunstancias las telas para tapizar muebles vienen en nuestra ayuda, con una variedad en tejidos y tipos de telas tan inmensa que debemos tener en cuenta algunos consejos de decoración de interiores para lograr un ambiente renovado y armónico.

¿Qué tejidos son los más adecuados para tapizar muebles?

El grosor de una tela para tapizar muebles no garantiza su calidad y resistencia. Para ello siempre es recomendable el asesoramiento de un experto, ya que la composición de los géneros y el tipo de tejido es lo que define su duración a lo largo del tiempo y las condiciones de cuidado y mantenimiento.

Aun con esto en mente, para elegir telas para muebles, lo primero que tenemos que tomar en cuenta es la función del mueble. La frecuencia de uso del mueble debe llevarnos a elegir tejidos más resistentes o no.

Si se trata de un sofá en la sala, donde la familia pasa mucho tiempo viendo la tele o haciendo otras actividades, y además tenemos niños o mascotas, debemos optar por tejidos resistentes y prácticos como la loneta, trevira o chenille, que se pueden lavar y resultan muy fuertes.

También podemos considerar el uso de fundas para estos muebles de uso intensivo, que nos permitan desmontarlos para lucir el tapizado original (en ocasiones especiales) y lavarlos a menudo, además de sustituirlos y renovarlos con mayor facilidad.

Distinto es el caso de muebles tapizados de uso ocasional, como sillas, taburetes o sillones en los dormitorios o sitios de paso. Aquí sí nos conviene optar por un tapizado antes que por una funda, y además podemos elegir la misma tela que las cortinas o almohadones (aunque en tonos coordinados).

Mención aparte merecen los muebles de estancias exteriores o en contacto con el exterior, ya que, aunque no sean de uso intensivo, requieren tejidos con características específicas. Los tejidos de fibra acrílica se cuentan entre los más modernos, y los que mejor responde a las exigencias de estar al aire libre y a las inclemencias del tiempo.

Aunque muchas telas que se usan para decoración de interiores son aptas para muebles de exterior siempre debemos cerciorarnos de que tengan el correspondiente tratamiento de resistencia a los rayos solares, al agua y a la intemperie en general.

Coordinar sin saturar el ambiente.

La regla general es que los colores lisos, neutros y claros dan amplitud visual al ambiente reflejando la luz, mientras que los tonos oscuros o muy vivos, empequeñecen los ambientes haciendo que los espacios grandes sean acogedores y los pequeños se perciban aún más pequeños o saturados.

Cuando tenemos un ambiente amplio y muchos elementos, podemos jugar con diseños, texturas y colores para crear armonía y huir de la monotonía.

En estos casos, las telas pueden emplearse para relacionar o agrupar elementos por medio de fundas, cojines o almohadones. Así, pueden coexistir diferentes diseños sobre telas estampadas o tejidas, siempre y cuando tengan un fuerte nexo de color y existan zonas neutras, como podría ser un fondo liso, por ejemplo, en el sofá central.

Por el contrario, si el ambiente es pequeño, es aconsejable tener solo los muebles necesarios y de dimensiones coherentes con el espacio. Definiremos cuál es el mueble central, por ejemplo, el sofá de la sala, y a este mueble le otorgaremos un tapizado de tela lisa y en tono neutro. Luego podemos agregar accesorios, como cojines con telas en diseños más trabajados (cuadros, estampados florares, geométricos) en tonos coordinados.

Para este mismo caso, si optamos por cortinas con diseños en la tela, éstos deberían ser pequeños, ya que, de lo contrario, podrían saturar el ambiente.

También podemos agregar accesorios en tonos que hagan contraste con el tono del mueble base, teniendo cuidado de que este accesorio sea de tamaño pequeño. Por ejemplo, un cojín o el tapizado de un taburete o un pequeño puff, para agregar una nota de color que rompa la monotonía del ambiente.

Realiza una instalación de papel tapiz eficaz en tu pared

Entre las tendencias en la decoración de paredes que vuelven con renovada fuerza se encuentra el papel tapiz para pared.

Atrás quedaron los ambientes totalmente revestidos con papel tapiz. Ahora lo que se lleva es una combinación de papel decorativo en una o varias paredes (no en todas) y paredes pintadas en tonos coordinados.

De esta forma es posible crear espacios armónicos, o bien, destacar una pared de la estancia que, según el papel decorativo colocado, cree un ambiente elegante, divertido, original, sorprendente o sobrio.

Las posibilidades del papel tapiz no se limitan a las paredes, pues es estéticamente posible utilizarlo también en puertas, escalones e inclusive muebles para reutilizarlos o darles un aire de modernidad.

Hoy sin embargo, vamos a concentrarnos en la instalación del papel decorativo para pared, que no es una tarea complicada, pero hay que seguir unas pautas para una correcta colocación.

Seleccionar el papel tapiz adecuado

Según la estancia en la que vayas a colocar el papel tapiz, algunos son más adecuados que otros en cuanto a su durabilidad.

Debemos tener en cuenta si se trata de un ambiente de uso intensivo, como una cocina o un comedor e inclusive un pasillo, o colocaremos el papel tapiz en un sitio de poco trajín, como el salón o la biblioteca.

Para espacios muy transitados es conveniente optar por un papel decorativo vinílico, de mantenimiento de limpieza sencillo, como una esponja o paño húmedo. Es también conveniente no utilizar papel tapiz con relieves o adornos con incrustaciones, pues el rozamiento puede que le haga perder piezas o partes, dejándolo estropeado.

Especialmente lavable debe ser un papel tapiz a colocarse en hogares con niños o mascotas que viven dentro de la casa, ya que es muy seguro que necesitemos limpiar manchas.

Si piensas instalarlo en sitios expuestos a humedad, como la cocina, el baño o piscina cerrada, debes seleccionar papel decorativo con tratamiento químico específico para resistir la humedad, e igualmente utilizar un pegamento específico para sitios húmedos.

Es posible que quieras darle un toque de modernidad o sofisticación a una pared exterior de tu casa. Pues para ello necesitarás un papel decorativo con cualidades de revestimiento de paredes para exteriores.

Preparar la pared

La pared a ser empapelada debe estar libre de polvo o erosiones en la superficie para que el papel decorativo se adhiera lo mejor posible.

Debemos procurar una pared pareja, mayormente lisa y sin grandes relieves. Si este no fuera el caso, primero debemos subsanar las imperfecciones en la superficie, o bien lijando la pared, o rellenando con cemento, enduído o materiales similares adecuados para este fin.

Recordemos que en muchos casos el papel decorativo se usa para cubrir una pared sin terminación. Así que no es necesario que la superficie sea perfecta, pero sí que la mayor parte de la superficie sea lisa.

Colocación del papel tapiz

La gran mayoría de los papeles decorativos para pared viene en rollos de entre 60 y 80 cm de ancho.  Para cortar las tiras a ser colocadas en la pared, primero debemos medir ésta y agregar a esa medida 10 cm. Estos centímetros de más nos servirán para tener un margen superior e inferior para cortar el papel que nos sobra y eventualmente, encajar el diseño de una tira de papel con otra cuando sigue una trama.

En la actualidad muchos papeles decorativos son autoadhesivos, pero aún quedan aquellos que necesitan que se coloque pegamento para su instalación. Si éste fuera tu caso, deberás usar un pegamento universal, a menos que el papel tapiz que utilices sea impermeable, en cuyo caso se requerirá un pegamento vinílico.

Coloca las tiras de papel tapiz ya cortado sobre una superficie horizontal y con la parte trasera del papel hacia arriba. Luego, con una brocha, pincel o rodillo agrega el pegamento en esa superficie.

Empieza pegando la tira de papel decorativo desde arriba hacia abajo, empezando por el techo y el costado de una puerta o ventana para tener una guía recta. Ayúdate con una regla o espátula con la que alisar la superficie del papel para que no queden grumos o burbujas de aire. Deja algunos centímetros de más en la parte superior e inferior de la tira de papel (que luego recortarás para darle un acabado perfecto).

Si el papel tapiz que usas tiene relieve o incrustaciones de adorno, puedes utilizar una esponja o un trapo mullido para alisar la superficie sin dañarla.

Una vez colocada la primera tira, aléjate de la pared para observarla con perspectiva y verificar que la tira esta recta y que no han quedado burbujas atrapadas. Luego continúa colocando las otras tiras y repitiendo este procedimiento.

Una vez empapelada toda la superficie, pasa un trapo limpio por todas las uniones entre tira y tira y corta con cúter los sobrantes en los bordes superiores e inferiores.

Elegir cortinas y acertar: telas, medidas y materiales

Las cortinas son un accesorio de decoración simple, aunque elegidas con buen gusto y estilo dan carácter y realzan cualquier espacio en el que se coloquen.

Las tendencias de moda en decoración de interiores nos llevan a afirmar que todo es válido, con la única premisa de que creemos ambientes armónicos y agradables. Aun así, si no queremos errar en el efecto visual debemos tener en cuenta algunos consejos de decoración.

Lo primero que tenemos que hacer es planificar respondiendo a estas preguntas: ¿Cómo es la estancia donde irá la cortina? ¿Cómo es la ventana? ¿Qué modelo de cortina quiero? ¿Quién confeccionará la cortina?

La estancia donde irá tu cortina

Algunos modelos de cortinas son más adecuados a unas estancias que a otras según sus dimensiones. Así por ejemplo, para estancias pequeñas es aconsejable diseños de cortinas modernas pero sencillas, pues lo contrario equivaldría a saturar la vista.

También debemos tener en cuenta la altura del techo. A techos bajos, cortinas ligeras en colores neutros o con discretos diseños verticales para dar sensación de altitud.

Si la estancia es amplia pero la ventana pequeña nos podemos permitir una cortina que exceda bastante el tamaño de la ventana para dar ilusión de amplitud.

Un punto a tener en cuenta es la vista que tenemos a través de la ventana. Si ésta es buena, la cortina adecuada es aquella que no destaque mucho, inclusive que se adivine la vista a través de ella. Pero si la vista es fea, lo mejor será lucirnos con una cortina contundente, como si fuera un gran cuadro que adorne la pared.

Los diseños de cortinas también varían según la funcionalidad del ambiente en el que se instalan. Si se trata de una vivienda podemos desplegar toda nuestra creatividad ya sea ésta formal o informal. Sin embargo, los lugares de trabajo al ser sitios más formales, debemos tener en cuenta la imagen corporativa que puedan transmitir los diseños de cortinas que vayamos a elegir.

¿Cómo es la ventana?

Considerar las dimensiones, el tipo de ventana y su ubicación en el ambiente forma parte de una buena planificación a la hora de elegir una cortina.

En muchos hogares debajo de la ventana se ubica el radiador o el aire acondicionado. En tal caso es importante no cubrir estos elementos con la cortina ya que impiden su correcto funcionamiento, y además estropean la cortina.

Si queremos lucir cortinas hasta el suelo en estos casos, podemos combinarlas con un visillo tipo estor que no sobrepase demasiado el límite inferior de la ventana. De esta forma, las cortinas largas quedan a los costados de la ventana y el estor cumple la verdadera función de filtrar la luz y dar privacidad al ambiente.

Cuando las hojas de las ventanas se abren hacia los lados y hacia adentro, debemos evitar los tipos de cortina estor, venecianas y romanas pues son incompatibles. Para estos casos lo mejor es recurrir a modelos de cortinas que se abran en el medio y hacia los laterales.

El modelo de la cortina

Habiendo tenido en cuenta los puntos anteriores, ya nos vamos haciendo una idea de qué modelo es el más adecuado para nuestra estancia y ventana.

Aun así, es interesante saber que, a los clásicos modelos de cortinas, hoy en día se han añadido otros muy modernos y funcionales. ¡El mundo del cortinaje ha evolucionado y de qué modo!

Entre los modelos clásicos tenemos las cortinas fruncidas, con trabillas (esos lazos que sobresalen de la cortina y enlazan el palo), con ojales y con tablas invertidas.

Entre los modelos de cortinas modernas hoy contamos con estores plisados, enrollables, paneles japoneses, venecianas, romanas y unos modernos modelos híbridos que mezclan estilos y funcionalidades sacando lo mejor de ambos.

A esto último me refiero mencionando las cortinas de la marca Hunter Douglas en sus modelos Pirouette, Silhouette o Duette que son totalmente innovadoras en su diseño, sus prestaciones y su estética.

La confección de la cortina: medidas de la tela

Según qué modelo, confeccionar una cortina no es difícil. Pero haciendo honor a la verdad, en los detalles ocultos que le dan cuerpo y prestancia a una cortina, se aprecia la confección hecha por un profesional.

Dicho esto, si optamos por un diseño de cortina clásica, de las que se abren por el medio hacia los costados de la ventana, debemos medir el ancho de la ventana y multiplicar esta medida por 1,5 (inclusive 2, si queremos un buen frunce) y agregarle 8 cm al resultado (para los dobladillos del costado), así obtenemos el ancho requerido del tejido. El largo de la cortina será la medida que deseemos y debemos agregar a esta medida 8 cm, también para los dobladillos superior e inferior.

Si optamos por un estor enrollable, para obtener las medidas de la tela debemos agregar a las medidas de la ventana, 40 cm más al ancho y 20 cm más al largo.

Recuerda que, en Cortinaje by Angel Cabrera estamos los mejores profesionales para asesorarte, orientándote sobre el tejido, modelo y confección adecuados para tus cortinas.